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sábado, 11 de noviembre de 2017

I TERTULIA PARTICIPATIVA: Resumen



LA SITUACIÓN DEL ARTE EN LA ACTUALIDAD

AVATARTE principalmente ha nacido para reivindicar el Realismo, desde un ámbito de vanguardia, y una vertiente absolutamente contemporánea. Obras en las que imaginación, técnica, destreza y plasmación demuestren sobriedad en el planteamiento, agudeza en la expresión e innovación temática.


Realismo contemporáneo, Realismo mágico, e Hiperrealismo tienen cabida en AVATARTE, como símbolo de la capacidad del ser humano para seguir pronunciando desde lo más íntimo de su ser, emociones y sentimientos, captando a su vez a un espectador ávido de admirar trabajos, cuya comprensión sea explícita, y en la que no se sienta menospreciado por el esnobismo de la expresión de unas formas, en la mayoría de ocasiones más que dudosas, y sepa valorar alegorías y mensajes.


La pretensión de AVATARTE es reclamar más atención para el conjunto de las Humanidades. Literatura, música, filosofía, etc. y por supuesto el arte, forman parte esencial del ser humano, y son absolutamente imprescindibles para diferenciarnos de la irracionalidad y el disparate, permitiendo la comunicación y la interacción.

Son ya muchos los eventos que hemos organizado. Y sobre todo destacamos nuestros salones de primavera de pintura realista. En sus dos ediciones se han descubierto y han aflorado a este mundo mágico de la pintura, artistas cuyas obras tienen una calidad que en nada tienen que envidiar a muchos de los pintores reconocidos.

Estos salones de pintura realista queremos adornarlos con otras actividades que los complementen. Nuestro ilusión nos lleva a dedicarles mucho trabajo y mucho esfuerzo para poder llevarlos a cabo, transformar sueños en realidades.

En el presente Petit Salón de Otoño de Pintura realista que se celebra durante la primera quincena del mes de Noviembre-2017, hemos tenido una tertulia titulada LA SITUACIÓN DEL ARTE EN LA ACTUALIDAD. En la misma hemos compartido ideas los propios pintores y con un prestigioso crítico de arte, D. Antonio Calderón de Jesús. Dos horas y media que nos han sabido a poco y por lo que queremos seguir dios mediante organizando otras periódicas, tal vez una al mes o cada dos meses, porque viendo lo enriquecedor que nos ha resultado la primera, entendemos que es nuestra obligación seguir con ellas.

Ahora pasamos un breve resumen de lo que se habló en esta primera tertulia participativa.

INDICE DE TEMAS:

-         1º La crisis del arte, falta de compradores, coleccionistas y exceso de oferta.

-         2º El mercado del arte: cotización de artistas y diferencia entre precio real y del galerista.

-         3º El arte en internet: exposición y venta

-         4º La crítica del arte ¿es sincera? ¿obedece a intereses? Porqué no se publican las críticas negativas en medios de comunicación?.




Nos remontamos en el tiempo al final de la II Guerra Mundial. Los americanos “importan” a los mejores pintores europeos de la época, les hacen unos contratos para vivir decentemente y luego venden sus obras a los europeos. Sin embargo los rusos no hacen lo mismo, porque sus preocupaciones son otras.

Estados Unidos ha sido el abanderado del resurgir del arte contemporáneo. Es donde mas arte se ha comprado y vendido. Y ha sido el referente para todos los artistas que se preciaban.

La crisis bursátil, con el crack de 1989 marcó un devenir negativo. El dólar se devaluó y las compras de arte a los artistas europeos se encareció sustancialmente. Luego llegaron las guerras del golfo. En el 2008 otra crisis económica mundial de la mano de Lehman Brothers y millones de personas sufrían las consecuencias de la codicia desmedida durante años.

En España durante los años de falso esplendor económico, donde El Sr. Aznar no se cansaba de proclamar que España va bien, la bandera del arte estaba en Cataluña, y en menor medida en regiones como la Valencia o Murcia.

En Cataluña una vez pasada la época del franquismo quisieron que la cultural sustituyese a la política como lugar de encuentro.

El presidente Pujol lo expresó de forma diáfana: “La cultura debe de servir para reconstruir Cataluña, no para hacer política”.

Con la bandera del arte y de la cultura pretendían ser el motor de la nueva democracia. Se pretendió que la cultura fuese la plataforma del diálogo, intentando condensar a los artistas, sin importar sus opiniones políticas y a su vez ordenar socialmente el territorio. Pero todo aquello resultó un fracaso.

Se “invirtió” mucho dinero en la adquisición de obras de arte que se iban amontonando y criando polvo.

En las otras regiones citadas, los empresarios como ganaban dinero a raudales, pues empezaron a comprar arte pero sin ningún criterio. Si en el despacho del dueño de una empresa competidora había un gran cuadro sea lo que fuera, los demás les imitaban, porque claro no iban a ser menos.

Cuando llegó la crisis económica y las empresas daban en quiebra ni las administraciones públicas acreedoras, querían ni valoraban aquellas obras de arte.

Durante las últimas décadas, uno de los grandes mitos de la fábula cultural es la vinculación de lo que llamaban sociedad civil con la cultura. Con este objetivo se han constituido muchas maneras de ensamblar intereses privados y públicos: patrocinios, fundaciones, etc. Todo parecía indicar que se trataba de patrocinios privados hacia el sector público. Pero, ¿realmente era así?.

¿De qué hablaban cuando decían “sociedad civil”? ¿Tal vez de unas instituciones privadas, ligadas a considerables fortunas, que eran sostenidas por capital público?.

En el país se hicieron inversiones multimillonarias en grandes templos culturales, muchos de ellos se quedaron sin terminar y quedan como una ruina de ese pasado de una falsa opulencia.

Pero si se derrocharon millones en estas grandes obras faraónicas, no se emplearon recursos en culturizar al pueblo. En hacer llegar a la ciudadanía el arte. Y empezar como es lógico desde muy pequeños, en los propios colegios.

Es una realidad que no somos una potencia en coleccionistas particulares. Ni se ha hecho absolutamente nada para conseguirlos. Todos han contribuido a la desvalorización de la imagen del arte contemporáneo, desde los medios de comunicación hasta altos responsables políticos. Tampoco hay colecciones de multinacionales. Lo que aquí interesa es un arte de entretenimiento festivo. De hecho las Concejalías de Cultura, deberían denominarse de fiestas y festejos varios.

También desde Cataluña se ha exportado un modelo de galería de arte que ha hecho mucho daño al sector. Unos espacios donde el artista alquilaba un trozo de pared y donde el galerista apenas se preocupa de la culturización y selección artística, dando entrada a todo aquel que pagase la cuota establecida. Haciendo una malgama de calidad y mediocridad, sin darse cuenta que lo malo ensombrece a lo bueno.

Y así seguimos caminando en este viacrucis del arte, donde las cosas no mejoran por culpa de todos y cuando se dice todos no se excluye a los propios artistas, quienes han sido consentidores de la tiranía de políticos y galeristas.

También hay que meter en este saco a los propios artistas, los cuales han carecido de unión, de compañerismo y de humildad y a los que les ha sobrado soberbia y envidia.


La cotización de las obras de arte y de los propios artistas es tarea ardua por no decir imposible. Ya hay herramientas en internet que nos permiten establecer un precio aproximado de las obras.

El mercado del arte es de los mas grandes, mas complejos y menos reglamentado del mundo.

Un ejemplo que podemos poner es Robert Hughes, ácido crítico de arte de la revista Time, ya fallecido. Antes de morir, Hughes se encargó de dejar un par de testimonios claros, sobre todo algunos relacionados con el mercado del arte. Declaró, por ejemplo, que “mucho del arte se ha convertido en una apuesta para ricos e ignorantes”, que “tener una fantasía y pagar 135 millones de dólares por ella no la hace necesariamente cierta”, y un par de cosas más que no deben haber caído nada bien entre los coleccionistas, las casas de subastas y los galeristas.

Un pintor que de momento es desconocido y que pasa hambre para poder vivir de su arte, sin embargo si llega el día que por lo que fuera entrase en ese círculo de artistas reconocidos o mas bien famosos, esas mismas obras que mal vendía para poder comer, alcanzan cifras descomunales.

Otra cosa que no hay que pasar por alto es como determinadas subastas son ficticias y solo hacen que encumbrar y sobre valorar a determinados artistas.

Hay famosas casas de subastas que conceden créditos a determinados clientes, lo que produce precios artificiales y totalmente irreales.

La manipulación de determinados artistas en connivencia con galeristas en la venta millonaria de sus obras. Es el caso de Hirst con la venta de su famosa calavera, comprada por un consorcio de inversores, donde el propio Hirst y el galerista poseían mas del 50% de la obra.

A otra escala artistas y galeristas también especulan con sus obras.

Por otra parte están los coleccionistas que acaparan toda la obra de un solo artista, como puede ser el caso del coleccionista José Mugrabi, dueño de los 800 Andy Warhol.

Por lo tanto ¿se puede establecer cotización del artista y de su obra? Pues que el lector de estas líneas saque sus propias conclusiones.
  
Coincidimos los tertulianos en que gran parte de los artistas entraron en el siglo XXI, pero el siglo XXI no entró en ellos.

Hay un gran número de éstos que carecen de una página web. Algunos de los que la tienen tasmpoco goza de atractivo y de la modernidad que se exige en estos tiempos.

Hay muchos que no saben como utilizar mínimamente un tratamiento de textos como el es WORD, programas de tratamiento de imágenes, o mas simple aún, no tienen ningún conocimiento de informática.

Todo su tiempo lo pasan en sus estudios o mariposeando por alguna red social.

Internet es la mejor herramienta con la que los artistas cuentan actualmente. Rápida, eficaz, barata… Una ventana abierta al mundo.

El artista está dispuesto a pagar el alquiler de un espacio de unas semanas en una galería de arte y no está dispuesto a emplear un céntimo, ni un minuto en la difusión mundial de su propia imagen como artista.

Un catálogo en PDF se puede mandar a infinidad de sitios de forma rápida, segura y lo que es aún mejor, sin coste alguno.

Internet han comido mucho terreno a las galerías de arte físicas. Porque ahora el que ha visto una obra que le gusta solo tiene que buscar al autor y negociar con él el precio. Pero claro si a ese artista no se le puede localizar, como es el caso de muchos, esa obra se queda sin vender.

Las galerías todavía no se han dado del todo cuenta que además de exponer las obras de sus artistas en el espacio físico, deben contar con una buena página web. Para algunos galeristas la web es un complemento al que no le dan apenas importancia. Carecen igualmente de un blog donde exponer temas relacionados con sus artistas, y que el posible cliente pueda llegar a conocer un poco mejor el tipo de arte que se comercializa en la galería. El potencial del blog es muy significativo, si se actualiza periódicamente y se publica contenido atractivo para los potenciales clientes, genera muchas mas visitas a la web.

No son conscientes del atractivo que tiene un vídeo en youtube y de todas las visitas que puede generar.

Por otro lado están las galerías de arte virtuales. Las hay que son auténticos super mercados de arte, donde se pone a la venta cualquier cosa. Y que en definitiva vienen a resultar un batiburrillo de obras.

Otras sin embargo cuidan mas la imagen y hacen una mejor selección de artistas, pero también tienden a estandarizar las web. Con distintos colores, con distintas plantillas, pero que parecen cortadas por el mismo patrón. No incluyen botones que enlacen con redes sociales, para que los usuarios puedan comentar e interactuar en ellas.

Hay que pensar que una página web es una tarjeta de visita y un escaparate de nuestro galería. Por eso, tenemos que cuidar muy bien la imagen de nuestra web ya que será la encargada de crear una primera impresión, y dependiendo de esa primera impresión conseguiremos concretar la venta o espantar al posible cliente.

Transmitir la esencia de la empresa que representan. Es decir, si nuestra empresa es física además tiene presencia web, es imprescindible mantener la misma estética que en nuestro establecimiento y trabajar la marca en conjunto.

Ser muy visual: por más que nuestro contenido principal sea lo transmitamos a través de texto, tenemos que ayudar a la lectura con imágenes, fotografías, esquemas, ilustraciones. De este modo la web será más atractiva, la información será más memorable y además invita a los usuarios a compartir la información.

Y en el caso de las galerías virtuales, el punto mas importante es hacer una excelente selección de los artistas que la forman. Es mucho mejor menos cantidad y mas calidad. Eso genera prestigio y provoca que los inversores y coleccionistas prefieran comprar en esa galería porque les aporta seguridad.


Se viene comentando que no ha faltado nunca la crítica que sin fundamento que relaciona la obra con la biografía de un artista. O viene a invocar estándares artísticos inapropiados. También que describe los ambiguos caprichos personales del crítico para desviar la atención y oscurecer la importancia esencial de las obras que observamos.

Hay críticos que emplean la poesía. Sus escritos son preciosistas y muy agradables a la vista, pero carentes del contenido profesional que requieren.

Los críticos tal vez deberían hacer hincapié en aquellos aspectos del arte que sean capaces de analizar con mas sensibilidad e inteligencia. Deberíamos permitir que un crítico le dedique su estudio a los elementos formales de una pintura, otro lo haga sobre la técnica del artista y otro crítico pueda hacer uso de las ensoñaciones privadas que entraron en su imaginación al encontrarse con la obra. Pero lo que no se debería admitir es que nadie sostenga que su método es el único viable.

No creemos que haya una clase especial de mala crítica, sólo la critica de mala calidad.

Al igual que un auditor de cuentas debe reflejar fielmente la realidad de las mismas, sin tener que agradar al empresario que le ha contratado para hacer tal evaluación, el crítico de arte debe ser fiel a su profesionalidad y no tener reparo alguno a realizar críticas negativas por miedo a no quedar bien con su cliente.

Al igual que hay médicos, ingenieros, jueces, etc. que son malos profesionales, también hay críticos que no hacen honor a su profesión, dejándose llevar de tendencias o modas impuestas y con el miedo de no volver a ser contratados ante una crítica negativa.

En las ferias de arte donde coinciden varios críticos, hay casos donde uno solo de ellos se encarga de convencer al resto de sus colegas de que una u otra galería es la que mejores artistas y obras presenta, cuando ni ese ni los otros han hecho el trabajo de visitar el 100% de las personadas en la feria.

La honestidad como requisito imprescindible.

En el diccionario de la Real Academia Española se define la crítica como “el arte de juzgar de la bondad, verdad y belleza de las cosas”, y en la Enciclopedia Británica como “la técnica de juzgar las cualidades y valores de un objeto artístico, tanto en materia de literatura como de bellas artes”. Ambas se encuentran en la línea donde se encuadra dentro del periodismo, y que coincide con su origen etimológico, del griego kriticós, que significa “que juzga”.

Se puede discrepar en cuanto a si en la crítica debe realizarse un juicio de valor, o, solo, deben reflejarse de forma objetiva los datos más significativos de las obras.

Es posible que no realizar ese juicio de valor pueda ser una muestra de incompetencia profesional. Una crítica no es una descripción de la obra analizada para que atraer al lector y, que éste luego extraiga sus propias conclusiones.

Una simple descripción de lo visto o leído no parece ser una crítica de arte, ni tampoco lo es ceder la palabra al autor de la obra para oír su opinión. El crítico tiene el deber de arriesgarse y dar a conocer su particular valoración, por lo que su formación cultural es requisito imprescindible para poder realizarla con perspectiva profesional.

Si la parte fundamental de la crítica es la valoración de una obra, es imprescindible la honestidad de quien la firma.

La crítica de arte debe tener una argumentación sustentada en la confianza personal de quien firma, y nunca en criterios publicitarios o ideológicos. Lo importante es la exposición argumentada del texto sin prescindir de los juicios de valor, y con una función formativa.









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